E PONDRÁS ENFERMO MUCHO MENOS
El azúcar refinado, a la larga, nos enferma. ¿Cómo? Pues porque deprime nuestro sistema inmune, que no es otra cosa que nuestra capacidad para combatir infecciones. El azúcar debilita nuestras defensas y reduce nuestras reservas de vitamina C, necesaria para luchar contra los virus.
DORMIRÁS MEJOR
Los niveles de azúcar que tengamos en sangre afectan a nuestro sueño. Así, como lo oyes. Los cambios drásticos en los niveles de azúcar en sangre nos provocan cansancio y después hiperactividad. Esto explica que conciliar el sueño nos resulte complicado.
Hay que tener especial cuidado con los niños. El excesivo consumo de azúcar afecta negativamente a su concentración. Y en última instancia puede estar relacionado con el TDH (déficit de atención o hiperactividad).